
CÁNCER DE MAMA
¿QUÉ ES?
Las mamas o senos se componen de grasa, tejido conectivo y glandular. En este tejido se encuentran las glándulas productoras de leche de las que nacen unos 15 ó 20 conductos mamario, para transportar la leche hasta el pezón, rodeado por la areola. Estos lobulillos y conductos se encuentran en el estroma, un tejido adiposo, en el que también están los vasos sanguíneos y linfáticos. Los tejidos mamarios están conectados, además, con un grupo de ganglios linfáticos, localizados en la axila. Estos ganglios son claves para el diagnóstico del cáncer de mama, puesto que las células cancerosas se extienden a otras zonas del organismo a través del sistema linfático. Cuando se habla de ganglio centinela se alude, precisamente, al ganglio más cercano al lugar donde se localiza el cáncer.

Un poco de historia...
El cáncer de mama es uno de los cánceres tumorales que se conoce desde antiguas épocas. La descripción más antigua del cáncer (aunque sin utilizar el término «cáncer») proviene de Egipto, del 1600 a. C. aproximadamente.
El papiro Edwin Smith describe 8 casos de tumores o úlceras del cáncer que fueron tratados con cauterización, con una herramienta llamada "la orquilla de fuego". El escrito dice sobre la enfermedad: «No existe tratamiento» cuando el tumor es sangrante, duro e infiltrante. A lo mínimo un caso descrito es de un hombre. También se hacen descripciones en el antiguo Egipto y en el papiro Ebers. Más recientemente Hipócrates describe varios casos y apunta que las pacientes con el cáncer extendido y profundo no deben ser tratadas pues viven por más tiempo.
Por siglos los médicos han descrito casos similares, todos teniendo una triste conclusión. No fue sino hasta que la ciencia médica logró mayor entendimiento del sistema circulatorio en el siglo XVII que se lograron felices avances. En este siglo se pudo determinar la relación entre el cáncer de mama y los nódulos linfáticos axilares. El cirujano francés Jean Louis Petit (1674-1750) y posteriormente el cirujano Benjamín Bell (1749-1806) fueron los primeros en remover los nódulos linfáticos, el tejido mamario y los músculos pectorales, abriendo el camino a la mastectomía moderna. Bell es el autor de la obra más importante en esta materia de su época: Tratado de las enfermedades del seno y de la región mamaria. Su senda de comprensión y avance fue seguida por William Stewart Halsted que inventó la operación conocida como "mastectomia radical de Halsted", procedimiento que ha sido popular hasta los últimos años de los años setenta.
TIPOS DE CÁNCER
Carcinoma ductal
(localizado en los conductos). El carcicoma ductal in situ se encuadra en los conductos mamarios o galactóforos, a través de los cuales la leche llega hasta el pezón. Si no se trata, puede extenderse más allá de los conductos mamarios y originar metástasis. Por esto es muy importante detectar a tiempo su presencia, para evitar la progresión hacia el cáncer. Esta detección sólo puede realizarse a través de pruebas específicas, como una mamografía, puesto que el carcinoma in situ no suele producir ningún síntoma. El carcinoma ductal invasor, o infiltrante invade el tejido adiposo del seno, desde uno de los conductos. El carcinoma invasor es el más frecuente de los cánceres de mama; supone aproximadamente el 80 por ciento de todos los que se producen.
Carcinoma lobulillar o lobular
. Dentro de este tipo se encuentra el carcinoma lobular in situ, también llamado neoplasia lobular. El carcinoma lobular invasor sigue el mismo proceso de filtración que el carcinoma ductal invasor hacia el tejido adiposo, pero desde los lobulillos.
Cáncer inflamatorio de mama
Menos frecuente. Se trata de un cáncer bastante agresivo, que crece rápido. Se denomina inflamatorio porque las células cancerosas bloquean los vasos linfáticos y esto se manifiesta en la piel, que adquiere una apariencia gruesa y ahuecada, similar a la de una cáscara de naranja.
Otros tipos
también poco frecuentes de cáncer de mama son el mucinoso o coloide, en el que las células cancerosas producen cierta mucosidad, y el medular, un tumor infiltrante, pero con mejor pronóstico que otros cánceres invasores.
~ Cáncer de Paget
se propaga por la piel del pezón y de la areola. En este tipo de cáncer, la piel del pezón y de la areola aparece escamosa y rojiza, con ocasionales pérdidas de sangre. En ocasiones, la enfermedad de Paget puede estar asociada con un carcinoma in situ o infiltrante.
PREVENCIÓN
La autoexploración y las mamografías son las herramientas más útiles para encontrar bultos sospechosos en los pechos. En general, la técnica de la mamografía facilita la detección de pequeños bultos, difíciles de predecir mediante la palpación de la mama. Este tipo de prueba debe repetirse anualmente a partir de los 45 años.

SÍNTOMAS//FACTORES DE RIESGO
Edad: el riesgo aumenta con la edad. La mayoría de cánceres de mama se produce sobre los 50 años; a los 60 el riesgo es más elevado y resulta muy poco frecuente por debajo de los 35 años, aunque también es posible.
Sexo: las mujeres son las más propensas a desarrollar cáncer de mama. Los hombres también pueden sufrirlo, pero la probabilidad es de uno por cada cien mujeres.
Antecedentes familiares: las posibilidades aumentan si una hermana, madre o hija ha sufrido esta enfermedad. Además este riesgo se eleva si el familiar que ha padecido cáncer lo ha hecho antes de la menopausia, o si ha afectado a los dos senos.
Haber sufrido otro cáncer: el riesgo de cáncer de mama aumenta si se ha sufrido previamente otro cáncer, especialmente de ovario o de colon, o un carcinoma lobular o ductal in situ (dos tipos de tumor maligno que aparecen en los lóbulos o en los conductos galactóforos de los senos, o conductos mamarios). Otro posible factor de riesgo es una hiperplasia benigna, una especie de tumor no maligno, que altera el tejido del seno.
Menopausia tardía (posterior a los 55 años)
No haber tenido hijos , o el primer parto a partir de los 30 años.
Factores medioambientales: se está investigando la posible influencia de pesticidas, campos electromagnéticos o contaminantes en agua y comida.
Estilo de vida: algunas investigaciones han hallado un posible vínculo entre el consumo de alcohol y el desarrollo de cáncer de mama.
Obesidad: A pesar de no tener ninguna constatación científica definitiva, muchos investigadores indican que seguir una dieta baja en grasas y rica en frutas y verduras, así como practicar ejercicio físico de forma regular pueden ayudar a prevenir la aparición del cáncer de mama.
Estrés: Una vida activa hasta límites excesivos no es conveniente ni beneficiosa. Llevar una vida estresante es nocivo para la salud y, en consecuencia, puede favorecer la aparición de enfermedades
THS: Ciertos investigadores indican que a partir de los 10 años con terapia hormonal sustitutiva (THS) puede aumentar el riesgo de cáncer, mientras que otros destacan que no importa durante cuánto tiempo se ha tomado en el pasado, puesto que el riesgo de cáncer existe entre las que siguen la terapia hormonal, no entre las que la siguieron en un pasado.
DIAGNÓSTICO
El examen de seno se debe realizar en posición vertical, sentada y acostada con las manos de la mujer detrás de la cabeza. Los senos deben ser inspeccionados en busca de diferencias en el tamaño, retracción de la piel o del pezón, patrones venosos prominentes y signos de inflamación. Se debe usar la superficie plana de la punta de los dedos para palpar el tejido mamario contra la pared torácica. Las zonas axilares y supraclaviculares deben ser revisadas en busca de nódulos. El pezón debe comprimirse suavemente para comprobar si hay secreciones.
Hay dos métodos principalmente para el diagnóstico del cáncer de mama:
~ Mamografías.
~ Ecografías.
~ Biopsia.
Mamografía:
La mamografía o mastografía consiste en una exploración diagnóstica de imagen por rayos X de la glándula mamaria, mediante aparatos denominados mamógrafos, (en dosis de alrededor de 0,7 mSv). Estos aparatos disponen de tubos de emisión de rayos X especialmente adaptados para conseguir la mayor resolución posible en la visualización de las estructuras fibroepiteliales internas de la glándula mamaria.

Ecografía:
El pesquisaje por ultrasonido es útil para diferenciar entre masas o tumores mamarios sólidos y los quísticos, fundamentalmente cuando una masa palpable no es bien visualizado en una mamografía. La ecografía es especialmente útil en mujeres jóvenes con tejido mamario denso con una masa palpable que no se visualiza en una mamografía. La ecografía no debe ser utilizada en los controles de rutina, sobre todo porque no se visualizan las microcalcificaciones y la detección de carcinomas es insignificante con la ecografía.
Biopsia:
Una biopsia es un procedimiento diagnóstico que consiste en la extracción de una muestra total o parcial de tejido para examinarla al microscopio.
TRATAMIENTOS
Existen varios métodos para tratar el cáncer de mama:
Cirugía . El tipo de intervención quirúrgica depende de la extensión del tumor. Si el tamaño del tumor lo permite, el cirujano puede realizar una lumpectomía, que consiste en la extirpación de parte del tejido mamario. Con la mastectomía, en cambio, se extirpa la mama por completo. Ambas intervenciones pueden requerir la erradicación de los ganglios linfáticos más próximos (situados en la axila).
Radioterapia . Es un tratamiento local, al igual que la cirugía. De hecho, en ocasiones se administra radioterapia después de una intervención quirúrgica, para eliminar las células cancerosas que no hayan sido extirpadas. La radioterapia es una eleva concentración de rayos X dirigida a un punto concreto. Al aplicar este tratamiento tras extirpar un cáncer, los médicos se aseguran de erradicar por completo el tumor.
Quimioterapia . Junto con la terapia hormonal, son los tratamientos más utilizados en cáncer de mama. Los tratamientos hormonales persiguen detener la progresión del cáncer, alterando los niveles de hormonas femeninas. En cambio, la quimioterapia erradica las células cancerosas, destruyéndolas. Estas son las principales familias de quimioterápicos empleados contra el cáncer de mama:
- Alquilantes : actúan sobre el ADN evitando que la célula cancerosa se reproduzca. A esta familia pertenece busulfán, cisplatino, ciclofosfamida, dacarbazina, ifosfamida, mecloretamina y melfalán.
- Antimetabolitos : interfieren en el crecimiento del ADN y del ARN celular. Se encuentran en este grupo: 5-fluoracilo, metotrexato, gemcitabina, citarabina y fludarabina.
- Antibióticos antitumorales : actúan en el ADN deteniendo la acción de ciertas enzimas causantes de la mitosis (división por la que se reproducen las células). Algunos de ellos son la bleomicina, dactinomicina, daunorubicina, doxorrubicina e idarrubicina.
- Inhibidores de la mitosis : son sustancias de origen natural que frenan la mitosis (fórmula de reproducción celular). Estos inhibidores incluyen el paclitaxel, docetaxel, etoposida, vinblastina, vincristina y vinorelbina. La quimioterapia se administra generalmente por vía intravenosa , aunque algunas veces pueden darse quimioterápicos por vía oral o incluso intramuscular. Normalmente se deja de una a cuatro semanas entre una administración y otra de quimio. Estos ciclos o cursos los establece el oncólogo según el grado de enfermedad y la tolerancia a los efectos secundarios de la quimioterapia.
Terapia hormonal:
Tamoxifeno: constituye el tratamiento hormonal utilizado con más frecuencia en el cáncer de mama. Este fármaco evita la liberación de estrógenos, con el fin de que las células afectadas por el cáncer no sigan extendiéndose.
Toremifeno: al igual que el tamoxifeno, es un modulador del receptor estrógenico y parece haber demostrado eficacia en el tratamiento de ciertos tipos de cáncer de mama.
Progestágenos: estas hormonas se producen de forma natural en el organismo de las mujeres, pero sus derivados artificiales pueden ser útiles en determinados tumores de mama. Junto con los progestágenos, otras terapias hormonales pueden ser la aromatasa, los análagos de la LHRH y la somatostatina, estos últimos suelen utilizarse entre las pacientes postmenospáusicas.
SECUELAS
· Cirugía
• Las complicaciones más frecuentesson:
– Formación de seroma
– Morbilidad en el miembro superior homolateral
• Edema
• Dolor
• Limitación de la movilidad y rigidez
• Alteraciones sensitivas
• Las complicaciones más frecuentesson:
– Celulitis
– Dolor de mama, axila, brazo o pared torácica
– Síndrome de miembro fantasma
– Síndrome de cordones axilar es tras la cirugía axilar
· Radioterapia
• La fibrosis radio inducida puede dañar las estructuras incluídas en el campo de irradiación:
– Linfáticos
– Músculos
– Nervios
– Piel
– Partes blandas y órganos circulantes
• La radioterapia tras la disección axilar sumada a la cirugía, aumenta el riesgo de padecer
linfedema en el miembro superior ipsilateraltras el cáncer de mama.
· Quimioterapia
• A corto plazo los efectos más comunes:
– Náuseas
– Vómitos
– Estomatitis
– Supresión de la médula ósea
– Fatiga
– Aumento de peso
– TVP y TEP
– Toxicidad neurológica y musculoesquelética
• A largo plazo los efectos secundarios incluyen:
– Fallo ovárico prematuro
• Menopausia precoz
» Síntomas climatéricos asociados al déficit estrogénico
» Aumento del riesgo de osteoporosis
– Disfunción Cardíaca
– Segundos tumores
• Síndrome mielodisplásico
• Leucemia aguda
– Posible disfunción cognitiva
· Hormonaterapia
• Los efectos secundarios debidos altamoxifeno:
– Aumento de la incidencia de Ca de endometrio y
sarcoma uterino
– Síntomas menopáusicos
– Aumento del riesgo de trombo embolismo
• Los efectos debidos a los inhibidores de la aromatasa:
– Sofocos
– Mialgias y artralgias
– Aumento del riesgo de sufrir osteoporosis y fracturas
EFECTOS SECUNDARIOS DEL TRATAMIENTO
Náuseas y vómitos : para evitarlos se pueden requerir medicamentos antieméticos (contra los vómitos). El médico le indicará no sólo los que debe tomar antes de la sesión de quimio, sino también los que tendrá que tomar en su casa. Procure beber mucho líquido, pues es útil frente a las náuseas. Irán remitiendo cuando pasen unos días tras el tratamiento.
Pérdida de cabello : a pesar de no ser un efecto grave, es motivo de angustia e insatisfacción para la mayoría de las pacientes, pues influye en la percepción de su propia imagen. Generalmente, la caída del cabello comienza a las dos o tres semanas del primer ciclo de terapia, remite al finalizar el tratamiento y el pelo vuelve a crecer a su velocidad normal.
Irritaciones en la boca : con la quimioterapia son frecuentes las mucosistis o irritaciones bucales. Es un trastorno más molesto que preocupante pues produce ardores en la boca. Para reducir esta alteración se recomienda extremar la higiene bucal y emplear cepillos de dientes con cerdas suaves, que no dañen las encías. También ayudan los enjuagues antisépticos.
Anemia : uno de los efectos secundarios más importantes en la quimioterapia es la reducción de la cantidad de glóbulos rojos en sangre. La anemia se manifiesta a través del cansancio, la debilidad y la palidez extrema. En ocasiones puede requerir una transfusión de sangre. También puede aparecer plaquetopenia o disminución excesiva de las plaquetas (las células sanguíneas que coagulan la sangre en caso de heridas). Este efecto produce un aumento de los hematomas (cardenales) o sangrado en encías y nariz.
Neutropenia : es otro de los efectos más vigilados por los médicos debido a la gravedad. Consiste en la reducción de los glóbulos blancos o leucocitos (las células que nos defienden de la intrusión de elementos patógenos, como virus o bacterias). La neutropenia favorece la aparición de infecciones (fiebre, infección de orina, dolor de garganta). Cáncer de mama en hombres Uno de cada 100 casos de cáncer de mama se produce en un varón.
CÁNCER DE CUELLO DE ÚTERO
Papiloma o Condiloma significa protuberancia crónica y son conocidos como verrugas genitales. El virus del papiloma humano (VPH) se llama vulgarmente “virus de las verrugas”.
Existen más de 100 tipos de cáncer del papiloma. Pero investigaremos solo el cáncer de cuello de útero. Este cáncer suele aparecer en el cérvix.
El cérvix es la parte inferior del útero o matriz y se conoce comúnmente como cuello de la matriz. El cérvix tiene un papel muy importante en el mantenimiento de un embarazo normal. El cáncer de cérvix (cáncer de útero) constituye el 6 por ciento de los tumores malignos en mujeres, el segundo más frecuente entre todas las mujeres y el más frecuente entre las mujeres más jóvenes. En general afecta a mujeres entre 35 y 55 años. Este tipo de cáncer puede estar ocasionado por un virus (el papilomavirus humano) que se contagia a través de las relaciones sexuales.

Las lesiones anogenitales incluyen verrugas que aparecen en o alrededor de los genitales y el ano, tanto de los hombres como de las mujeres. Las verrugas genitales son técnicamente conocidas como condilomas acuminados o verrugas venéreas y están generalmente asociadas con dos tipos de virus de papiloma humano. El virus de papiloma humano también puede causar crecimientos planos anormales en el área genital (vagina, uretra y ano) y en el cuello del útero (la parte más baja del útero que se extiende a la vagina). La evolución de las lesiones es imprevisible: pueden desaparecer, crecer o permanecer estables.
Estas verrugas varían en apariencia en el varón y mujer. Un estudio científico demuestra que en las mujeres con la infección por VPH, el 69 % de los varones con los que tienen relaciones sexuales presentan lesiones asintomáticas en el pene que pueden detectarse mediante colposcopía del pene. Por tanto, el varón es un reservorio que disemina la enfermedad ya que es un portador sin lesiones visibles.
Aunque la infección es provocada por los mismos tipos de virus en el varón y la mujer, las lesiones difieren clínica e histológicamente:
Mujer: Blandas. De color gris o rosa, pedunculadas y suelen encontrarse en racimos. Las zonas más afectadas son la vulva, la pared vaginal, el cuello uterino (son causantes de cáncer), la piel de alrededor de la zona genital (periné) y el ano
Varón: Blandas. Las presentes en el pene suelen ser lisas y papulares. Mientras que las del perineo asemejan a una coliflor. A menudo, aparecen primero en el prepucio (tejido que cubre el pene) y el glande, y luego en el escroto (piel externa de los testículos) y la región perianal.

PREVENCIÓN
Existen dos vacunas que previenen el cáncer de cuello de útero así como otras enfermedades causadas por el virus del papiloma humano (VPH).
La primera, Gardasil, del laboratorio Sanofi Pasteur MSD, fue comercializada en España en el año 2007, y la segunda, Cervarix, de GlaxoSmithKline (GSK), está en las farmacias desde principios de 2008.
Gardasil previene la aparición de displasias cervicales de alto grado, carcinomas cervicales, lesiones displásicas vulvares y vaginales de alto grado y verrugas genitales causadas por los tipos de VPH 6, 11, 16 y 18. Estos dos últimos tipos de VPH causan el 70 por ciento de las muertes por este tumor. Esta vacuna se dirige a niñas y mujeres de entre 9 y 26 años, siendo cien por cien eficaz en aquellas que no hayan mantenido relaciones sexuales y que, por lo tanto, no hayan estado expuestas al virus. La Agencia Europea de Medicamentos (EMEA) estableció que su uso estaba contraindicado en el caso de pacientes con síndrome coronario agudo, como angina u otros tipos de infarto de miocardio. Tampoco está recomendado en personas con enfermedad cardiaca isquémica y/o enfermedad periférica arterial, y su combinación con insulina debe darse sólo en casos excepcionales. Se compone de tres inyecciones.
Cervarix, está igualmente indicada para la prevención de las lesiones premalignas del cuello de útero y del cáncer de cérvix, relacionados causalmente con los tipos 16 y 18 de VPH y ofrece además protección cruzada frente a los tipos 31, 33 y 45. Induce niveles de anticuerpos en un orden de magnitud mayor que los encontrados tras una infección natural en mujeres de hasta 55 años, aunque el nivel de anticuerpos en sangre es mayor en los intervalos de edad de entre 10 y 14 años. Entre sus particularidades, presenta un innovador sistema adyuvante AS04, que confiere gran potencia y duración a la inmunización. De hecho, es la única que ha demostrado que los anticuerpos presentes en la sangre pasan de forma eficaz también al cuello del útero. Consta, al igual que Gardasil, de tres dosis, adquiridas en la farmacia.
A parte de dicha vacuna tu personal mente puedes hacer :
1. Un control riguroso periódicamente mediante el examen de Papanicolao (al menos una vez al año o más frecuente si así lo indica su médico).
2. Evitar los compañeros sexuales promiscuos, especialmente aquellos que frecuentan prostitutas.
3. No fumar ya que aumenta el riesgo de que las lesiones provocadas por este virus evolucionen hacia cáncer.
4. Estimular el sistema inmunológico. Para ello es conveniente tener una alimentación sana y variada orientada al consumo de sustancias antioxidantes que mejoren su sistema inmunológico. Debe comer mucha fruta y verdura: el tomate es rico en un antioxidante llamado licopeno; brócoli y otros vegetales verdes; frutas y vegetales rojos y amarillos (ricos en betacarotenos).
5. Consumir mucha vitamina C natural (jugo de naranja, limón, tomate, kiwi, fresa, etc.) y alimentos ricos en fibra vegetal.
6. Evitar o comer poco carnes en conserva (jamones y similares) y reducir el consumo de carnes rojas.
7. Consumir alimentos ricos en ácido fólico el cual se encuentra en las hojas verdes (que se deben consumir crudas o poco cocidas). Algunas de las principales fuentes alimentarias de ácido fólico son los vegetales de hojas verdes, el hígado, los granos integrales, los cítricos, las nueces, las legumbres y la levadura de cerveza.
8. Evitar el estrés dado que éste baja las defensas del organismo. Se pueden utilizar técnicas para ayudar a manejar el estrés tal como el yoga y la meditación.
9. Hacer ejercicio físico al menos 3 veces por semana (caminar, nadar, etc.). El ejercicio físico estimula el sistema inmunitario de su organismo.
10. No utilizar anticonceptivos orales como método de planificación.
11. No consuma drogas ni alcohol dado que reducen las defensas de su organismo.
12. Duerma al menos ocho horas diarias. Si le quita el sueño a su organismo sus defensas bajan.
SÍNTOMAS
Las mujeres con cánceres del cuello uterino en etapa temprana y pre-cánceres usualmente no presentan síntomas, sino que los síntomas comienzan a menudo cuando el tumor está más avanzado, es decir, cuando el cáncer se vuelve invasivo y crece hacia el tejido adyacente. Cuando esto ocurre, los síntomas más comunes son:
*Sangrado vaginal anormal: Este sangrado puede producirse tras mantener relaciones sexuales, después de la menopausia, entre periodos menstruales y también pueden producirse periodos menstruales que duran más tiempo o con sangrado más abundante de lo habitual. El sangrado después de una ducha vaginal o después del examen pélvico es un síntoma común de cáncer de cuello uterino, no de pre-cáncer.
* Secreción vaginal inusual: Esta secreción puede contener algo de sangre y se puede presentar entre periodos menstruales o después de la menopausia.
* Dolor durante las relaciones sexuales.
Estos signos y síntomas también pueden ser causados por otras condiciones que no son cáncer del cuello uterino, como una infección, que puede causar dolor o, raras veces, sangrado.
Aun así, si cualquier mujer tiene alguno de estos signos u otros síntomas sospechosos, es importante que vea a su médico de inmediato.
Ignorar los síntomas puede permitir que el cáncer progrese a una etapa más avanzada y que se reduzcan sus probabilidades de un tratamiento eficaz.
Lo mejor es no esperar a que aparezcan los síntomas y hacerse pruebas. La lenta evolución de la enfermedad y la facilidad para poder hacer estudios, permite tener tiempo y herramientas para detectar y erradicar la enfermedad si el diagnóstico se hace oportunamente.
DIAGNÓSTICO
Para diagnosticar una enfermedad cualquiera, un médico debe
basarse en pruebas o síntomas. Para este tipo de enfermedad debemos realizar
los siguientes pasos:
Previamente a la realización de cualquier prueba, el
ginecólogo realizará una serie de preguntas que le oriente sobre los hábitos y
antecedentes de la paciente. A continuación realizará a la paciente una
exploración ginecológica que le permita
detectar posibles signos o síntomas anormales.
Esta exploración no es dolorosa, pero puede resultar
molesta. La mujer debe permanecer
tumbada en posición ginecológica y relajada, de forma que el ginecólogo
pueda valorar lesiones en la vagina, cuello del útero y cuerpo del útero.
Tras esto, el ginecólogo puede realizar la prueba de
Papanicolaou. Se aconseja realizar esta prueba regularmente a todas las
mujeres, tres años después de haber comenzado sus relaciones sexuales y no más
tarde de los 21 años, ya que mediante una simple exploración ginecológica no se
detectará un cáncer de cuello de útero, pero sí mediante esta prueba.
¿En qué consiste el TEST DE PAPANICOLAOU?
El médico utiliza un instrumento de metal o plástico para
abrir la vagina y obtiene, mediante raspado, una muestra de las células y
mucosidad del cuello uterino. Esta muestra se envía a un laboratorio para que
la examine bajo el microscopio. Su médico le avisará si se encuentra algo
inusual.
Hay ciertos factores que debe tener en cuenta la mujer antes
de realizarse esta prueba:
No hacerse la
prueba durante el periodo menstrual.
No mantener
relaciones sexuales durante las 48 horas previas a la prueba.
No usar tampones
ni ningún tipo de crema o medicamento vaginal las 48 horas previas a la prueba.
Evitar las duchas
vaginales durante las 48 horas previas a la prueba.
En caso de que el médico observe alguna anomalía en el test
de Papanicolaou, le indicará que debe realizarse otras pruebas con la finalidad
de llegar a un diagnóstico definitivo:
Colposcopia: esta
prueba consiste en la visualización del cuello del útero, durante la
exploración, a través de un aparato denominado colposcopio. Este es similar a
un pequeño microscopio con una luz potente, que permite visualizar la vagina y
el cuello del útero, para la localización de la zona alterada. Esta prueba no
es dolorosa, no produce efectos secundarios y puede llevarse a cabo incluso
durante el embarazo sin peligro.
Biopsia:
extracción de una muestra de tejido para ver si tiene células cancerosas. Esta
es la única forma de poder decirle con seguridad si la paciente tiene un pre
cáncer, un cáncer verdadero o ninguno. Existen varios tipos de biopsias. El
médico le informará sobre el tipo de biopsia, la anestesia y los posibles
efectos secundarios.
Si mediante estas pruebas se detecta cáncer, se realizarán,
por lo general, las siguientes pruebas:
Cistoscopia: para
averiguar si el cáncer se ha propagado a la vejiga.
Protoscopia: para
ver si el cáncer se ha propagado al recto.
Radiografías del
tórax: para ver si el cáncer se ha propagado a los pulmones.
TRATAMIENTOS
Operación
El tratamiento depende del estadio en que se encuentre el cáncer. Si el cáncer está confinado a la capa más externa del cérvix (carcinoma in situ), a menudo se puede eliminar el cáncer por completo extrayendo parte del cérvix con un bisturí o mediante escisión electroquirúrgica. Este tratamiento tiene la ventaja de no alterar la capacidad de tener hijos. Pero ya que es posible que el cáncer recidive, los médicos aconsejan que las mujeres se realicen revisiones y Pap cada 3 meses durante el primer año y cada 6 meses a partir de este momento. Si una mujer tiene un carcinoma in situ y no desea tener hijos, es recomendable la extirpación del útero (histerectomía).
Quimioterapia
Cuando el cáncer se ha extendido más allá de la pelvis, a veces se debe recurrir a la quimioterapia. Sin embargo, sólo es eficaz en el 25 al 30 por ciento de los casos tratados y los efectos habitualmente son temporales.
Radioterapia
Si el cáncer está en un estadio más avanzado, es necesario realizar una histerectomía más una extracción de estructuras adyacentes (histerectomía radical) y de ganglios linfáticos. Los ovarios, si son normales y funcionan correctamente, no se extirpan cuando las mujeres son jóvenes. La radioterapia también es muy efectiva para el tratamiento del cáncer cervical avanzado que no se ha extendido más allá de la región pélvica. A pesar de que causa pocos o ningún problema inmediato, puede provocar irritación en el recto y la vagina. Las lesiones en la vejiga y el recto pueden producirse incluso tiempo después, y los ovarios, en general, dejan de funcionar.
SECUELAS
Las secuelas tras cada proceso de tratamiento son:
Después de la operación:
Con frecuencia tras la cirugía se añade un tratamiento con
radioterapia para disminuir las posibilidades de que la enfermedad pueda
reaparecer en la zona de la intervención.
Como casi toda intervención quirúrgica, ésta también tendrá
sus consecuencias y efectos adversos. Al despertar de la anestesia, la paciente
sentirá dolor en la zona y tendrá que ir recuperándose poco a poco moviéndose
cuando el dolor sea más suave. Deberá mantenerse limpia la herida. Esto lo realizará
el personal sanitario mientras que no se hayan retirado los puntos, y una vez
que se haya hecho, la paciente deberá seguir siendo especialmente cuidadosa con
ese tema. Un punto importante para la recuperación total es el reinicio de la
actividad sexual, tema que será importante tratar con su ginecólogo.
Después de la quimioterapia :
En el organismo existen células sanas que,
normalmente, se multiplican a gran velocidad, que también se ven afectadas por
la quimioterapia. La destrucción de las mismas desencadena los efectos
secundarios más frecuentes.
Sin embargo, en muchas ocasiones, la paciente se siente
mejor una vez que inicia el tratamiento, ya que comienzan a disminuir los
síntomas que estaba causando el tumor.
No siempre aparecen efectos secundarios, pero que cuando es
así los más frecuentes son: náuseas y vómitos, alteraciones en la mucosa de la
boca, caida del cabello, alteraciones en la médula ósea.
Después de la
radioterapia:
Como el resto de tratamientos, la radioterapia también puede
producir efectos secundarios: cansancio, reacciones en la piel, molestias al
orinar, caída del cabello, diarrea o molestias ginecológicas.
El riesgo de reaparición de la enfermedad disminuye con el
paso del tiempo. Por ello, durante los dos o tres primeros años tras el
diagnóstico es aconsejable realizar revisiones cada tres o cuatro meses.
Durante los años cuarto y quinto, las revisiones pueden
espaciarse algo más y se realizan cada seis meses. A partir del quinto año, las
revisiones pueden hacerse anualmente.
Las pruebas que habitualmente se solicitan en las revisiones
periódicas, tras la realización de una exploración ginecológica minuciosa,
puede incluir cualquiera de estas pruebas:
Analítica
completa: se determinan parámetros que nos indican el funcionamiento del
hígado, del riñón y del resto de órganos.
Radiografía de
tórax: con ella se valora cómo están los pulmones.
Ecografía
abdominal: permite visualizar la existencia o no de lesiones en el hígado que
nos hagan sospechar una metástasis.
Es importante que refieras a tu médico, tanto en las
revisiones como en cualquier otro momento, no sólo cambios relacionados con los
tratamientos sino cualquier otro síntoma como pérdida de apetito o peso,
aparición de dolor, cansancio, etc. El médico valorará la necesidad de realizar
más pruebas.
LEUCEMIA
¿Qué es?
La leucemia (del griego leucos "blanco" y emia "sangre") es un grupo
de enfermedades malignas de la médula ósea (cáncer hematológico) que
provoca un aumento incontrolado de leucocitos en la misma y se acumulan
tanto ahí como en la sangre, logrando reemplazar a las células normales.La leucemia es el cáncer más frecuente en la infancia, con 3-4 casos por año por cada 100.000 niños menores de 15 años.

Existen distintos tipos de leucemia:
~ Leucemia mieloide crónica (LMC) incluida dentro de los síndromes mieloproliferativos crónicos.
~ Leucemia linfoide crónica (LLC) incluida dentro de los síndromes linfoproliferativos y equiparable al linfoma linfocítico.
~ Leucemia linfoide aguda o Leucemia Linfoblástica Aguda (LLA)5
~ Leucemia mieloide aguda infantil o Leucemia Mieloblástica (LMA)
~ Leucemia mielógena (LM)
Prevención.
No hay una manera conocida para prevenir la mayoría de los tipos de leucemia. La mayoría de las personas con leucemia no tienen factores de riesgo conocidos. Un factor de riesgo es cualquier factor que aumenta las probabilidades de tener una enfermedad.
Algunos tipos de leucemia podrían prevenirse si se evitaran las dosis altas de radiación, la exposición al benceno químico, el hábito de fumar u otro tipo de consumo de tabaco o ciertos tipos de quimioterapia que se usan para tratar otros tipos de cáncer.
Síntomas.
Debido a que la leucemia es el cáncer del tejido que produce las células sanguíneas, los síntomas iniciales generalmente se relacionan con el funcionamiento irregular de la médula ósea. Ésta es la responsable de almacenar y producir alrededor del 95 por ciento de las células sanguíneas, incluidos los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas.Cuando se presenta la leucemia, los glóbulos blancos anormales comienzan a reproducirse muy rápidamente, desplazan a las demás células sanas y compiten con ellas por los nutrientes y el espacio. A continuación se enumeran los síntomas más comunes de la leucemia. Sin embargo, cada niño puede experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:
- Anemia.
La anemia se presenta cuando la médula no puede producir glóbulos rojos debido a la gran concentración de células en ella. Las características de un niño con anemia son su aspecto de cansancio, palidez y respiración acelerada para compensar la disminución de la capacidad de transporte de oxígeno. En un recuento sanguíneo, la cantidad de glóbulos rojos será inferior a lo normal.
- Sangrado y moratones.
Cuando la médula no puede producir plaquetas debido a la gran concentración de células que hay en ella, pueden presentarse sangrados o moratones con mayor facilidad. Las petequias son diminutos puntos rojos en la piel del niño con una cantidad insuficiente de plaquetas. Son pequeños vasos sanguíneos que han "goteado" o sangrado. En un recuento sanguíneo, la cantidad de plaquetas será inferior a lo normal. El término con que se denomina el bajo nivel de plaquetas es trombocitopenia.
- Infecciones recurrentes.
Si bien el recuento sanguíneo de un niño con leucemia puede arrojar una cantidad inusitadamente alta de glóbulos blancos, estos son inmaduros y no pueden combatir las infecciones. El niño puede haber tenido infecciones virales o bacteriales repetitivas en las dos semanas anteriores. Una persona con leucemia generalmente manifiesta los síntomas de una infección como por ejemplo, fiebre, goteo nasal y tos.
- Dolor en los huesos y las articulaciones.
Los dolores en los huesos y las articulaciones son otros síntomas comunes de la leucemia. Generalmente, este dolor es consecuencia de que la médula está superpoblada y "llena".
- Dolor abdominal.
Los dolores abdominales también pueden ser un síntoma de la leucemia. Las células de la leucemia pueden acumularse en los riñones, el hígado y el bazo, y generar el agrandamiento de estos órganos. El dolor abdominal puede provocar que el niño pierda el apetito y peso.
- Inflamación en los ganglios linfáticos.
El niño también puede presentar inflamación en los ganglios linfáticos que se encuentran debajo de los brazos, la ingle, el pecho y el cuello. Los ganglios linfáticos son los responsables de filtrar la sangre. Las células de la leucemia pueden acumularse en los ganglios y provocar una inflamación.
- Dificultad para respirar (disnea).
Diagnóstico.
-Historia médica y examen físico.
Si usted presenta cualquier signo o síntoma que sugiere que pudiese tener leucemia, su médico tomará sus antecedentes médicos completos para analizar los síntomas y los posibles factores de riesgo. También le harán preguntas sobre su salud general.
Un examen físico provee información sobre su estado de salud en general, los posibles signos de leucemia y otros problemas de salud. Durante el examen físico, su médico prestará especial atención a los ganglios linfáticos y a otras áreas del cuerpo que pudieran estar afectadas.
Si los síntomas y/o los resultados del examen físico sugieren que usted puede tener leucemia, el médico necesitará analizar muestras de sangre y de médula ósea para estar seguro de este diagnóstico. También se pueden tomar otras pruebas de tejidos y células para ayudar a guiar el tratamiento.
-Muestras de sangre.
Generalmente las muestras de sangre para las pruebas de detección de leucemia linfocítica crónica (CLL), se toman de una vena del brazo.

-Muestras de médula ósea.
Las muestras de médula ósea se obtienen por aspiración y biopsia, dos pruebas que generalmente se hacen al mismo tiempo. Generalmente las muestras se toman de la parte posterior del hueso de la pelvis (cadera), aunque algunas veces se pueden tomar del esternón o de otros huesos.

-Biopsia de ganglios linfáticos.
En este procedimiento se extirpa un ganglio linfático completo a través de una incisión en la piel. Si el ganglio se encuentra cerca de la superficie de la piel, ésta es una operación sencilla que puede hacerse con anestesia local, pero si el ganglio se encuentra dentro del pecho o del abdomen, se usa anestesia general.
Este tipo de biopsia se usa frecuentemente para diagnosticar linfomas, pero raramente se usa en la leucemia. Se puede usar si un ganglio linfático ha crecido mucho y el médico desea saber si la leucemia ha cambiado (se ha transformado) en un linfoma más agresivo.
-Punción lumbar.
Este procedimiento se usa para buscar células leucémicas en el líquido cefalorraquídeo, que es el líquido que rodea el cerebro y la médula espinal. Ésta no es una prueba de rutina para los pacientes con leucemia. Sólo se hace cuando el médico sospecha que las células leucémicas se han propagado al cerebro o a la médula espinal (lo cual es raro), o si es posible que haya una infección en esas áreas.
-Recuento y examen de células sanguíneas.
En estas pruebas se determina el número de linfocitos en la sangre y su apariencia bajo el microscopio. Los pacientes con leucemia tienen demasiados de estos glóbulos blancos (linfocitosis). Con frecuencia el paciente también tiene muy pocos glóbulos rojos y plaquetas.
-Tomografía computarizada.
Esta prueba puede ayudar a decir si cualquiera de sus ganglios linfáticos u órganos están agrandados. Generalmente no se necesita para diagnosticar la leucemia, pero puede hacerse si su médico sospecha que la leucemia se está desarrollando en un órgano, como su bazo.
-Ecografía.
Se puede usar para observar los ganglios linfáticos cercanos a la superficie del cuerpo o para observar órganos agrandados dentro de su abdomen.
Tratamiento.
El tratamiento para la leucemia variará dependiendo de los factores siguientes:
- Tipo de leucemia y también las características específicas de las células de la leucemia.
- Grado de la enfermedad.
- Si la enfermedad se ha tratado anteriormente y la naturaleza del tratamiento.
- Edad de las personas y condición general de la salud.
- Naturaleza de los síntomas.
La leucemia se puede tratar de las siguientes formas:
- Quimioterapia consiste en el uso de medicamentos para destruir las células cancerosas.
- Medicamentos o quimioterapia por vía intratecal (medicamentos introducidos a la médula espinal con una aguja, en el área denominada espacio subaracnoide).
- Radioterapia consiste en el uso de rayos X u otros rayos de alta energía para eliminar células cancerosas y reducir tumores.
- Trasplante de médula ósea.

- Terapia biológica.
- Medicamentos: ~ Para prevenir o tratar el daño a otros sistemas del cuerpo causado por el tratamiento de la leucemia.
~ Para las náuseas y los efectos secundarios del tratamiento.
- Transfusiones sanguíneas de glóbulos rojos y plaquetas.
- Antibióticos para prevenir y tratar infecciones.
- Seguimiento médico continuo para determinar la respuesta al tratamiento, controlar sus efectos secundarios y detectar la reaparición de la enfermedad.
- Psicológico.
Un diagnóstico de leucemia puede producir una profunda respuesta emocional en el paciente, sus familiares y amigos. La negación, una sensación de desesperación y el miedo son reacciones comunes. Ninguna respuesta resulta esperada o inesperada.
El médico, los enfermeros, el paciente y la familia deben mantener conversaciones en las cuales se discutan lo que se avecina el miedo a lo desconocido, y qué será lo próximo que sucederá. La incapacidad de ir a trabajar, de dedicarse a los asuntos de su negocio, de interactuar con familiares y amigos de la manera habitual contribuyen al malestar emocional. Las explicaciones a fondo, incluyendo las posibilidades de remisión y los planes de tratamiento pueden proveen un alivio emocional al concentrarse el paciente en el tratamiento que recibirá y en la perspectiva de una recuperación y remisión.
Los niños pueden sentir temor y desamparo además de ser demasiado pequeños como para comprender la naturaleza del problema. Tienen que adaptarse a perder días de escuela, separarse de sus amigos, no poder participar en las actividades diarias, como los deportes, al menos por algún tiempo. Los niños a veces dirigen su angustia y su miedo a ser lastimados hacia el personal médico. La reincorporación en la mayor cantidad de actividades posibles es una de las mejores maneras de aliviar y hacer sentir seguros a los niños y minimizar esta interrupción en su desarrollo.
Los padres de los niños que padecen de leucemia aguda pueden estar confundidos, enojados y temerosos. El tiempo que les roba y la carga financiera que representa esta enfermedad pueden producir conflictos dentro de la familia. Los hermanos también pueden verse afectados. Puede tener miedo de enfermarse ellos también. Pueden sentirse culpables de que algo que dijeron o hicieron haya causado la enfermedad de su hermana o hermano. Pueden sentirse culpables de estar sanos y que su hermano o hermana no lo esté. Puede que reciban menos atención de parte de sus padres, quienes deben dedicar más tiempo al niño enfermo.
Etapas del tratamiento de la leucemia.
- Inducción.
Combinación de quimioterapia o radiación y medicamentos que se administra para detener el proceso de producción de células anormales por parte de la médula ósea. El objetivo de esta etapa del tratamiento es la remisión, es decir, impedir la producción de células de la leucemia. Esta fase puede durar aproximadamente un mes, y puede repetirse si no se alcanza el objetivo.
- Intensificación.
Tratamiento continuo aun cuando las células de la leucemia no se visualizan. Las células de la leucemia pueden no visualizarse en un análisis de sangre o en un examen de médula ósea; sin embargo, es posible que aún estén en el cuerpo.
- Mantenimiento.
Etapa que mantiene a la médula ósea libre de leucemia a través de una quimioterapia constante menos intensa y de mayor duración. Esta fase puede durar desde meses hasta varios años. Se requieren visitas regulares al médico para controlar la respuesta al tratamiento, controlar sus efectos secundarios y detectar la reaparición de la enfermedad.
- Recaída.
Pueden ocurrir recaídas si la terapia es muy agresiva. La recaída significa que la médula ósea comienza nuevamente a producir células anormales. Puede producirse durante cualquier etapa del tratamiento o incluso meses o años después de que el tratamiento ha concluido.
Secuelas.
La leucemia disminuye la producción de células sanguíneas normales pero sus niveles disminuyen aún más como consecuencia de la quimioterapia. La intensidad de la quimioterapia necesaria para destruir un número suficiente de células leucémicas como para permitir la remisión hace que disminuyan aún más los glóbulos rojos, los neutrófilos y monocitos y las plaquetas. Esto puede dar como resultado una anemia grave, el riesgo de hemorragia como consecuencia de un recuento bajo de plaquetas y una gran posibilidad de infección. Generalmente las transfusiones de plaquetas y glóbulos rojos son efectivas para proveer cantidades suficientes de estas células hasta que, unas semanas después, sean visibles los efectos benéficos del tratamiento y los recuentos de células sanguíneas regresen a lo normal. Se usa la terapia con antibióticos cuando se desarrollan los primeros signos de infección.
Un aumento de la temperatura o escalofríos pueden ser los únicos signos de infección en un paciente con una concentración muy pobre de glóbulos blancos. En este caso, una tos persistente, sensibilidad en zonas con tendencia a infectarse, dolor de garganta, dolor al orinar, también pueden ser signos de infección. También es importante cuidar las encías (punto de acumulación bacteriana), como medida para prevenir las infecciones.
La quimioterapia afecta tejidos que requieren un alto índice de multiplicación celular (división celular) para seguir funcionando. Estos tejidos son la mucosa de la boca, la mucosa intestinal, la piel y los folículos pilosos. Esto explica por qué las úlceras bucales, la diarrea y la pérdida del cabello son comunes después de la quimioterapia. También pueden ocurrir erupciones cutáneas no específicas. Otro efecto desagradable de la quimioterapia son las náuseas y los vómitos. Las causas pueden ser complejas. Son el resultado de acciones en los intestinos y en los centros del cerebro, los cuales, cuando son provocados, pueden desencadenar vómitos. Afortunadamente, hay medicamentos que contrarrestan las náuseas y los vómitos y pueden aliviar este molesto efecto secundario, en caso de que ocurra.






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